Los discursos de las bodas civiles son parte indispensable del protocolo de la ceremonia. Consiguen darle el toque personal a la celebración de unión. Realmente se han convertido en momento esperado en toda boda civil. Aquel en el que un familiar o un amigo dedica unas palabras de cariño a los novios, en las que comparte su experiencia con ellos y con los invitados así como el camino recorrido juntos. Pero ¿qué sucedería si fueses elegido o elegida para dar ese discurso en la boda civil de tu mejor amigo o amiga?
Suele ser natural aquello de pensar en el mal trago que vas a pasar o en la incapacidad para que las palabras vengan a tu mente. ¿Qué debería decir? ¿Por dónde debo enfocar el discurso? Te ayudamos proponiéndote varias ideas con las que plantear un discurso que seguro quedará en el recuerdo. Los invitados te prestarán atención, pero debes dirigirte a los novios. Ellos son los protagonistas y los que más atentos estarán a cada una de tus palabras.
Comienza con algo personal
Piensa en la historia personal que tienes con él o ella. Cuándo os conocisteis y dónde y, utilízala de hilo conductor en tu discurso. Recuerda momentos emotivos, pero reivindica también la sonrisa introduciendo notas de humor. Los discursos de bodas demasiado sentimentales, lineales y sin llamadas de atención no enganchan al público. Los invitados también estarán escuchando y seguro que descubren una historia desconocida de los protagonistas a través de tus palabras. Hazles partícipes del discurso dirigiendo también la vista hacia ellos, dedicándoles sonrisas o mencionando a alguno de los presentes.
Sigue con la historia recordando ahora los primeros días de su relación de pareja. Siendo la persona importante para uno de los dos, tendrás información que recordar de su historia juntos. No olvides referirte a los dos a lo largo del discurso. A pesar de ser más cercano a uno de los dos, ambos deben sentirse representados en tus palabras.
Para cerrar el discurso puedes recurrir a un poema, uno que sintetice el camino que los novios acaban de empezar. Mario Benedetti, Bécquer, Pablo Neruda o Alberti son referencias que te ayudarán a cerrar el discurso de forma emotiva. Las lágrimas de los novios están aseguradas.
Nuestra última recomendación es que prepares bien el discurso y solicites la ayuda de algún familiar. Puedes leerlo a alguna hermana de la pareja o incluso a una amiga cercana. Ensaya tus palabras y llévalas por escrito a la ceremonia. Mirar a los ojos de los novios mientras lees tu discurso de boda genera confianza y relaja los nervios. Como si creyeses que solo están ellos y tú. Tener tu discurso cerca te da seguridad. Deja los nervios fuera. Disfruta del comienzo de un día especial.